La serie de reciente estreno de Netflix titulada El Problema de los 3 Cuerpos no es cosa menor. Fue escrita por el ingeniero informático y novelista chino, Liu Cixin; y creada en formato televisivo por los artífices de la mejor adaptación de una saga de fantasía, Juego de Tronos, David Benioff y D.B. Weiss.
A lo largo de ocho episodios, Benioff, Weiss y el propio Cixin tratarán de darle sentido a la búsqueda de vida extraterrestre. Todo esto en un contexto donde la extinta Unión Soviética y EE. UU. luchan de manera encarnizada por explorar el espacio exterior en busca de alguna señal no humana.
Cabe mencionar que, mientras ambas naciones se pelean, China vive su Revolución Cultural, en una avezada mirada comunista.
Es hasta que, en algún momento de la historia, toda una civilización decide emigrar a otro país y, pese a los años luz que separan al nuevo hogar humano, el planeta Tierra guarda grandes similitudes con esta región aparentemente sin ley.
La premisa de la producción –según Netflix– radica en “la fatídica decisión de una joven que llega a través del tiempo y el espacio hasta un grupo de científicos brillantes del presente. Mientras las leyes de la naturaleza se manifiestan ante sus ojos, cinco excolegas se reúnen para enfrentar la mayor amenaza en la historia de la humanidad”.
El reparto es ambicioso, pues la serie es estelarizada por Benedict Wong, Jess Hong, Jovan Adepo, Eiza González, John Bradley-West, Alex Sharp, Rosalind Chao y muchos más. Los últimos personajes serán conocidos como “Los Cinco de Oxford”, quienes son pioneros en algunas áreas especializadas de la ciencia, como la nanotecnología.
¿Qué es el ‘Problema de los 3’?
‘El Problema de los 3’ es un relato que Liu Cixin equipara a un problema de mecánica orbital conocido de esta misma forma. Y es que, según la historia, desde que el hombre descubrió la gravedad se ha postrado ante un complejo cuestionamiento: la difícil predicción de un movimiento de tres cuerpos que pertenecen a un mismo sistema de órbitas u orbital.
De acuerdo con expertos de la Universidad de Oxford, el físico inglés, Isaac Newton, reveló que si existe un sistema que involucra dos objetos –un planeta y una estrella– orbitando, se puede calcular cómo se moverán ambos; pero si a esta ecuación le agregas un tercer objeto –una luna o satélite natural–, el sistema se vuelve impredecible.
A raíz de este razonamiento, se puede entender que gracias a las Leyes de Gravitación Universal descubiertas en 1687, se puede predecir con exactitud el movimiento de la Tierra alrededor del Sol e, incluso, de la Luna. Pero hay otros movimientos y presencia de cuerpos celestes en el espacio exterior, que son imposibles de controlar.
Al incluir un tercer objeto a un sistema, lo que podría generar es caos. Este problema, más bien, se incluiría en la Ley de Conservación de Energía del Universo, la cual reza que “la energía no se crea ni se destruye. Solo se transforma”.
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