Bajo el lema "Velen y oren", vísperas del Domingo de Ramos, se realizó la tradicional Peregrinación del Pueblo de Dios, enmarcada en el Año de la Oración preparando el Jubileo de 2025. – Diario de Catamarca

La Peregrinación del Pueblo de Dios dio inicio a las celebraciones de Semana Santa.

Cientos de fieles de las comunidades parroquiales del Decanato Capital junto con Cadetes de la Policía de la Provincia, se dieron cita en la Plaza de Choya desde donde emprendieron el peregrinaje hacia el Santuario de la Gruta de la Virgen del Valle. 

Durante el recorrido rezaron las estaciones del Vía Crucis contemplando el misterio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, intercaladas con cantos penitenciales y reflexiones, algunas tomadas de la Carta Pastoral del Obispo sobre la Oración, tema central de este 2024. 

En la explanada de la Gruta, el Obispo bendijo los ramos de olivo y junto con los fieles se desplazó en procesión, emulando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, hasta el altar donde presidió la Eucaristía, que fue concelebrada por el vicario general, padre Julio Murúa; y sacerdotes del Decanato Capital, entre ellos los rectores del Santuario y Catedral Basílica y Santuario de la Gruta, padres Gustavo Flores y Santiago Granillo, respectivamente.

En su homilía, Mons. Urbanč manifestó: “En esta tarde hemos peregrinado junto con todo el pueblo de Dios, porque en nosotros han estado representados todos los bautizados de nuestra querida diócesis”. Luego pidió a Dios y a la Virgen “que nos ayuden en esta Semana Santa a todos los catamarqueños bautizados a hacer la voluntad de Dios, para que así lleguemos a ser de verdad hijos e hijas de Dios”.

También confió que “realmente estoy muy azorado, muy desolado interiormente por la violencia que hay en el mundo, las guerras que tenemos, tremendo. Tenemos que pedir que aquellos que en el mundo manejan el negocio de las armas no las hagan”

Frente a esta realidad, expresó: “En primer lugar, busquemos la paz dentro del corazón. Sáquense el odio, la bronca, los rencores, esa sed de venganza, no sirve. Eso es como tener un arsenal de armas adentro. Hay que tener paz en el corazón y así vamos a poder tener paz en nuestras familias y en nuestra sociedad”. 

Solidaridad 

Durante el acto penitencial, Cáritas recibió la donación de alimentos no perecederos, que luego serán destinados a los hermanos más necesitados, en los puestos dispuesto a tal fin.