ARVAC fue desarrollada íntegramente en Argentina y puede ser aplicada como dosis de refuerzo.

La vacuna ARVAC, creada y diseñada por científicos del Conicet, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y de la Fundación Pablo Cassará, y aprobada por la Anmat, comienza su etapa de comercialización y estará disponible en todo el país, pudiendo ser prescripta por médicos como dosis refuerzo contra las variantes circulantes del virus SARS-CoV-2.

A cuatro años del comienzo de la pandemia, el SARS-CoV-2 sigue siendo el virus respiratorio que más infecta a la población. En 2023, los fallecidos por causas vinculadas al covid-19 superaron en cinco veces a los fallecidos por gripe, según datos del Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud de la Nación.

Según la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), desde que se instaló como virus respiratorio el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 resultó el más frecuente entre las infecciones respiratorias de los pacientes que requieren hospitalización. La mayoría de los internados por infecciones respiratorias tiene diagnóstico de covid-19.

“Por más que uno ya esté vacunado, hay que dar un refuerzo para mantener alta la respuesta inmune y que el organismo reconozca las nuevas variantes de SARS-CoV-2”, explica Juliana Cassataro, directora del proyecto ARVAC e investigadora del CONICET y de la UNSAM. Y agrega: “Con este proyecto se nos cumplió un sueño que teníamos ya que pudimos ver como un desarrollo científico que comenzó en la mesada de nuestro laboratorio se convirtió en un medicamento que se transfiere a la sociedad para cuidar la salud de la población”.

“A diferencia de las vacunas pandémicas de tecnología novedosa, ARVAC se basa en la misma tecnología que utilizamos en la empresa hace 30 años para desarrollar la vacuna AgB contra la Hepatitis B, que se aplica desde esa época en niños recién nacidos. Este tipo de vacunas, basadas en proteínas recombinantes, presentan muy baja reactogenicidad, es decir, lo que la gente percibe como efectos adversos más frecuentes. Esta característica de ARVAC, sumado a su estabilidad a temperatura de 2 a 8°C, el registro definitivo de ANMAT y su disponibilidad en farmacias hacen que esta sea la vacuna ideal para esta nueva etapa de pospandemia”, afirma Jorge Cassará, director Comercial del Laboratorio Pablo Cassará que produce y comercializa el desarrollo.

“Esta disponibilidad facilita el acceso de la población a la vacunación, ya que las farmacias están distribuidas ampliamente en todo el país. Los farmacéuticos estamos capacitados para brindar este servicio y para generar un registro de vacunación a través del Sistema SIAFAR”, destaca Ricardo Pesenti, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). Y agrega: “Es importante saber que la ARVAC se puede aplicar junto con la vacuna antigripal (influenza)”.

Cuánto cuesta la vacuna ARVAC contra el covid-19

En cuanto a la cobertura, el Laboratorio Pablo Cassará aclara que “como el Estado aún tiene contratos vigentes de compra de las vacunas pandémicas, ARVAC estará disponible inicialmente en el mercado privado a un precio de $23.000, y estamos realizando las gestiones necesarias para que la seguridad social otorgue una cobertura significativa especialmente para los grupos de riesgo, incluso antes de su incorporación en el calendario nacional de vacunación prevista para 2025”.

En la reunión de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) del 11 de abril de este año, se recomendó la incorporación de la vacuna contra COVID-19 al Calendario Nacional de Vacunación (CNV).  Asimismo, esta comisión recomendó considerar el uso de ARVAC según análisis programático. También consideró conveniente unificar las indicaciones de la vacuna antigripal y la vacuna contra coronavirus.

La presencia en farmacias de esta vacuna argentina se produce en un contexto en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que a pesar del fin de la emergencia de salud pública por la covid-19, esta patología sigue siendo una prioridad de salud pública global y recomienda una dosis de refuerzo para grupos de riesgo (personas con múltiples comorbilidades, inmunosuprimidas y otros casos) y también para personas mayores de 50 años.