Si lo logra se convertiría en el primer mendocino y argentino ciego en llegar a la cumbre más alta de América. El desafío se titula “Aconcagua con Sentidos”.

Walter Álvarez es un deportista mendocino de 49 años, oriundo de General Alvear, que perdió la vista a los 19 años en un accidente. Desde ese momento practica distintos deportes como forma de rehabilitación. Hoy se prepara para enfrentar el desafío de su vida: llegar a la cima del Aconcagua, con el objetivo de ser el primer argentino y mendocino ciego en lograrlo.

El próximo 24 de diciembre, Walter comienza el ascenso que para él no solamente significa una hazaña deportiva, sino también un acto de concientización y motivación para toda la sociedad. "El primer libro que leí en braille era de un ciego que subió el Everest. Buscando información sobre el Aconcagua, me encontré con que otros ciegos de Europa y Norteamérica han ascendido. Entonces, por qué no lo haría yo, que la tengo tan cerca”, cuenta sobre la razón que lo llevó a emprender esta aventura.

La travesía tiene una duración de 15 días y una altura máxima de 6962 metros sobre el nivel del mar, por lo que Walter lleva más de 2 años entrenando, subiendo distintos cerros, buscando más altura para adaptarse a las exigencias que la montaña le ofrece a una persona sin visión. "Hace dos años, un poco más, vengo haciendo distintos cerros y alturas. Normalmente hay en Gran Mendoza, en Malargüe, en el volcán Lanín en Neuquén, con distintos grados de dificultad: con nieve, sin nieve, piedra, acampando en altura. Lo último fue el cerro Vallecitos, 5.470 metros, una travesía muy linda, larga", relata sobre su preparación.

A la preparación en la montaña, se suma que Walter es maratonista y ejercita contantemente la fuerza muscular, principalmente en las piernas y la espalda. "No seguimos corriendo con tanta frecuencia para no generar un desgaste innecesario pero si para mantener la parte aeróbica, fundamental para la altura", explica el deportista. 

El 14 de diciembre, Walter va a volver al cerro Vallecitos para realizar una aclimatación previa a la entrada al parque Aconcagua el 24 de diciembre. "Se va subiendo de a poco, en las distintas etapas y alturas que hay para llegar a los 6.900 metros más o menos el 3 o 4 de enero, con todos los tiempos necesarios para recuperación, ir aclimatando, que el cuerpo se vaya acostumbrando a la altura, a trabajar con menos oxígeno, y no apurar los tiempos, cosa de no arruinar la expedición", detalla Walter sobre la experiencia que está a punto de iniciar.

"La idea es poder este año lograr la cumbre del Aconcagua y ser el primer ciego argentino que llega ahí. En la temporada pasada, febrero de 2024 tuvimos el plan de llegar hasta Nido de Cóndores, lo logramos y retornamos. Ahora estamos en la etapa final de preparación y juntar fondos para cubrir lo que nos falta", confiesa Walter, ya que se trata de una actividad deportiva de altos costos, de los cuales la mayor parte se encuentra en dólares.

Para poder reunir los fondos necesarios ha realizado diversas campañas y en los próximos días, Walter sorteará en sus redes sociales una escultura hecha por el mismo, entre otros premios como excursiones de treking y noches de Hotel en Las Leñas. "Necesitamos terminar de recaudar los fondos para los porteadores, que son los que nos llevan parte del equipaje y peso. Contamos con el apoyo de varias empresas pero siempre está la posibilidad de que alguna empresa más se sume para terminar de completar los fondos en dólares que hace falta para cubrir la expedición", sostiene el maratonista.

Esta meta no es solo un desafío personal, enfatiza el deportista ciego. El 4 de enero de 2025, Walter llegaría a la cumbre del Aconcagua marcando un hito en la historia del deporte en Mendoza y en el país. El sueña con llegar a la cima para compartir con el mundo un mensaje que cambie la percepción sobre las personas con discapacidad: las discapacidades no limitan a las personas; lo que nos limita es la falta de oportunidades y la creencia de que no somos capaces.