Si bien ISIS se adjudicó el ataque terrorista, las autoridades rusas sospechan que los atacantes tendrían vínculos con Ucrania. Ya hay 11 detenidos, entre ellos los presuntos autores del atentado.
El gobierno ruso informó este sábado que llegan a 143 las víctimas fatales del atentado en una sala de conciertos cerca de Moscú, el más de las últimas dos décadas, que se atribuyó el Estado Islámico (ISIS).
Sin embargo, las autoridades de la Federación Rusa continúan buscando vínculos entre el ataque terrorista y Ucrania, pese a que las autoridades ucranianas negaron de forma rotunda que Kiev tuviera algo que ver.
También se indicó que hasta el momento hay 11 detenidos por el hecho que enluta al país, entre ellos cuatro que serían los presuntos atacantes.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) indicó que "los cuatro terroristas" fueron detenidos cuando se dirigían a la frontera ucraniana y que “mantenían contactos" con los paramilitares del Cuerpo de Voluntarios Rusos, grupo que lucha contra las tropas rusas en Ucrania.
Según el organismo ruso de seguridad, en conjunto con tropas ucranianas acordaban "formas de llevar a cabo acciones violentas contra representantes de las fuerzas del orden, militares y extranjeros".
De hecho, hace unos días el presidente Vladímir Putin había ordenado al FSB perseguir sin tregua a los "traidores" rusos que combaten del lado ucraniano y han participado en las incursiones fronterizas en las regiones de Bélgorod y Kursk.
Y en las últimas horas, aseguró que “todos los autores, organizadores y los que encargaron este crimen recibirán un merecido e inevitable castigo, sean quienes sean e independientemente de que los hayan enviado".
"A los terroristas, asesinos y bestias, que no tienen ni pueden tener nacionalidad, les espera un funesto destino: venganza y olvido. No tienen futuro", concluyó el presidente ruso por cadena nacional.