Un raro estallido de luz que proviene de una estrella muerta, conocido como nova, ocurrirá entre junio y septiembre en la constelación de Corona Borealis, también llamada Corona del Norte
Este verano en Estados Unidos, un raro estallido de luz proveniente de una estrella muerta será visible desde la Tierra, en lo que los científicos han denominado “un evento único en la vida”. La NASA anunció que, entre junio y septiembre, un evento conocido como nova se manifestará en la Corona Borealis, o Corona del Norte, una constelación de la Vía Láctea.
Las estrellas que causarán este fenómeno son una enana blanca y una gigante roja, conocidas conjuntamente como T Coronae Borealis o la “Estrella Titán”, un sistema binario situado a aproximadamente 3.000 años luz de la Tierra. Este fenómeno sucede cuando la enana blanca acumula material de la gigante roja hasta alcanzar una presión y temperatura tan altas que provocan una explosión termonuclear. Este material será eyectado al espacio en un destello cegador.
Rebekah Hounsell, asistente de investigación en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y especialista en eventos de nova, aseguró que se trata de “un evento único en la vida que creará muchos nuevos astrónomos, ofreciendo a los jóvenes un evento cósmico que pueden observar por sí mismos, hacer sus propias preguntas y recopilar sus propios datos”. Hounsell enfatizó la importancia de este evento para inspirar a la próxima generación de científicos.
El ciclo de acumulación y explosión de material entre ambos astros se repite aproximadamente cada 80 años. La última vez que se observó esta nova fue en 1946, según publicó la NASA en su página web. Hounsell explicó que “hay algunas novas recurrentes con ciclos muy cortos, pero generalmente no vemos un estallido repetido en una vida humana, y rara vez uno tan relativamente cercano a nuestro sistema”.
Los astrónomos están atentos al comportamiento de T Coronae Borealis, ya que su comportamiento en la última década ha sido similar al patrón observado antes de la erupción de 1946. Según algunos investigadores, la nova podría ocurrir antes de septiembre de 2024. Los científicos y entusiastas del cielo deben buscar la Corona Borealis en noches claras, reconocible por su forma de herradura al oeste de la constelación de Hércules.
La doctora Elizabeth Hays, jefa del Laboratorio de Física de Partículas de Astropartículas en el Goddard, señaló el entusiasmo entre los aficionados a la astronomía y los científicos ciudadanos. “Son siempre los que buscan señales fuertes y brillantes que identifican los eventos de nova y otros fenómenos”, dijo Hays. “Estamos contando con esa interacción global de la comunidad nuevamente con T CrB”.
La NASA y otros observatorios utilizarán una variedad de telescopios y herramientas para estudiar la nova. Entre los más destacados están el Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi, el Telescopio Espacial James Webb, el Observatorio Neil Gehrels Swift, el Imager de Rayos X de Polarimetría (IXPE), el Telescopio de Espectroscopia Nuclear (NuSTAR), el Explorador de Composición Interior de Estrellas de Neutrones (NICER), y el “Surveyor del Universo Extremo” INTEGRAL, de la Agencia Espacial Europea. Además, telescopios terrestres como el Very Large Array en Nuevo México también participarán.
Este evento ofrece una oportunidad única para entender mejor la estructura y dinámica de explosiones estelares recurrentes. La capacidad de observación de Imágenes de Rayos Gamma y la nueva herramienta en astronomía de rayos X, la capacidad de polarización de IXPE, proporcionarán perspectivas sin precedentes sobre el ciclo de vida de estos sistemas binarios y los procesos estelares que los alimentan.