Las fuerzas mayoritarias de este país sudamericano se miden en el cierre de campaña electoral de cara a los comicios presidenciales del domingo. Ambos bandos guardan esperanzas de triunfo.
El chavismo y la oposición mayoritaria de Venezuela, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), reunieron este jueves a miles de simpatizantes como una demostración de sus fuerzas, en el cierre de campaña electoral de cara a los comicios presidenciales del domingo.
A tan solo tres días de las elecciones presidenciales, tanto chavistas como opositores se movilizaron en distintas zonas de Caracas, en los que los principales candidatos -el presidente Nicolás Maduro y el exembajador Edmundo González Urrutia- hicieron los últimos llamados a votar por sus proyectos políticos.
Maduro, quien dijo sentirse orgulloso de haber llenado varias avenidas de la capital venezolana, pidió a los ciudadanos pensar bien el voto que emitirán el domingo en los comicios, en los que busca su segunda reelección.
"Piensen bien, por su familia, por su emprendimiento, por su comercio, por su empresa, por su trabajo, ¿quién de los 10 candidatos garantiza la paz y la estabilidad de Venezuela?", dijo el mandatario frente a una multitud de simpatizantes.
Al mismo tiempo, aseguró contar con una "nueva mayoría" que lo respaldará en las elecciones, así como que el chavismo, en el poder desde 1999, se mantiene unido, "sin una sola fisura, como un solo bloque de fuerza".
A la vez, miles de opositores acompañaron a González Urrutia y a la líder antichavista María Corina Machado -principal valedora del abanderado de la PUD- en una caravana por varias calles del este de Caracas, considerado su bastión histórico.
En un breve discurso, el exmbajador invitó a los venezolanos a votar para comenzar el "camino de la reconciliación" y la "reconstrucción institucional" de Venezuela, una propuesta que ha repetido a lo largo de la campaña electoral.
Otros candidatos hicieron pequeños actos, como Daniel Ceballos en el barrio más grande de Venezuela, mientras que Luis Eduardo Martínez anunció su visita a la entrada de la selva del Darién, zona fronteriza entre Panamá y Colombia, como "símbolo de solidaridad" con los migrantes venezolanos, quienes a diario cruzan este tramo para atravesar Centroamérica, en su ruta hacia México o EE.UU.