Los chicos tenían problemas congénitos. Se espera que la autopsia brinde las precisiones. La progenitora quedó acusada por doble homicidio y fue enviada a la cárcel. Conmoción total.
Cuando la Policía ingresó a la casa ubicada en calle Pachamama del barrio Villa Camiares en la ciudad de Alta Gracia, no se imaginó cuál era la escena con la que se iba a encontrar. Allí, dos mujeres rezaban abstraídas de lo que había en otra habitación: en un sillón, dos varones de 16 y 18 años yacían en estado “casi esquelético”, muertos, debajo de bolsas negras de plásticos.
Interviene en el caso la fiscalía del Turno 2 de Alta Gracia, a cargo de Alejandro Peralta Ottonello. El fiscal imputó a la mujer por homicidio agravado por el vínculo.
“Estas cosas sólo ocurren en Connecticut (Estados Unidos)”, relató una fuente ligada a la investigación.
Es que el caso se presenta como una escena digna de una película policial y de horror.
Al ingresar a la vivienda, la Policía preguntó por los adolescentes y la madre les dijo que estaban dormidos en el sillón. Los chicos tenían problemas motrices y neurológicos, además eran electrodependientes. En la escena se podía ver que habían sido desconectados y un olor putrefacto cubría el lugar.
La denuncia había llegado de parte del padre, que no podía ver a sus hijos desde hacía un año y que, según fuentes judiciales, cada vez que intentaba accionar para verlos, era amenazado por su ex mujer con que iba a llamar a la policía.
El lunes, por la tarde, se podía ver al padre de los jóvenes visiblemente conmocionado apoyado sobre un automóvil. Es un vecino muy conocido en el barrio por sus trabajos de albañilería y lo consideraban “muy trabajador”.
Hacía un año se había separado de la madre de sus hijos.
Solitaria y creyente
Peralta Ottonello aclaró que debido a la “delicadeza” del caso no podía dar muy poca información, ya que esperaban los resultados de las autopsias y los trabajos de policía de la departamental Santa María, Policía Judicial y otros peritos. Hombres y mujeres en trajes que recordaban la época de la pandemia de Covid-19 ingresaban al domicilio. Mientras otros tomaban datos a los vecinos.
Los vecinos se agolpaban para ver qué había sucedido pero la cinta de la Policía impedía que se acercaran.
Villa Camiares no tiene antecedentes de este tipo, ya que es un barrio relativamente nuevo, ubicado al noroeste de Alta Gracia, colindante con Falda del Carmen.
Una comerciante señaló que la convivencia con la madre de los chicos era difícil. No solía salir de su casa y cuando lo hacía ponía un parlante afuera con canciones religiosas o evangélicas que obligaba incluso a llamar a las autoridades para pedir que baje el volumen.
Un día esta comerciante le preguntó qué pasaba y ella habría dicho que celebraba el milagro de Dios de que sus hijos “aún estén vivos”. Además, la comerciante destacó que solía estar cubierta, sólo se le veían los ojos “como si fuera una musulmana”.
Otra vecina habló de que se trababa de una mujer muy especial.
Aunque era muy devota de sus hijos, casi nadie la había visto más que dos o tres veces fuera de su vivienda. La mayoría de los vecinos consultados desconocía su nombre, pero sí recordaban que eran una de las primeras familias del lugar.
“Una semana atrás fui a su casa a preguntar por su marido para un trabajo en casa. Me dijo que él no vivía más ahí desde hace un año y que ni siquiera tenía su teléfono”, destacó. Un dato por demás relevante es que la mayoría de los vecinos nunca había visto a los chicos, salvo cuando eran pequeños. “Eran muy enfermitos”, apuntaban y explicaban en medio de la conmoción.
El fiscal Peralta Ottonello indicó que todo es muy primario y que todavía hay que esperar los resultados de la autopsia. Consultado sobre si se trataba de dos chicos de 16 y 18 años con una mamá sola y que habrían muerto hace mucho tiempo, el fiscal precisó que, en principio algunas de esas informaciones podrían ser correctas.
La imputación para la madre es homicidio agravado por el vínculo reiterado en dos hechos. Las pericias médicas y las autopsias serían las que podrían determinar las fechas de muerte de los chicos.
Respecto de si hubo casos de violencia anteriores, Peralta Otonello precisó que aún no tienen constancia de que haya situación de violencia. Por otra parte, consultado sobre si las víctimas estaban escolarizadas o ingresadas a alguna institución, el fiscal señaló que carece de esos datos por el momento. Se encontraron en el lugar dos tubos de oxígenos.
La mujer ya se encuentra detenida y será trasladada a la cárcel de Bouwer.
Fuente: La Voz