Allanaron un galpón donde funcionaba una iglesia, pero no hallaron pistas del doble crimen. Crece la interna entre los abogados de las familias.
El galpón lindero al descampado en el que encontraron los cuerpos de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra fue allanado con el objetivo de buscar manchas de sangre y el procedimiento dio negativo.
En diálogo con la agencia Noticias Argentinas, el abogado de la madre de Paloma, Aníbal Osorio, explicó que se trata de un inmueble destinado al resguardo de camiones en desuso, donde anteriormente habría funcionado como sede de una congregación religiosa conocida como "Familias sanas".
El procedimiento, que fue llevado a cabo por oficiales de la Policía Federal en conjunto la DDI de Florencio Varela, tenía la finalidad de encontrar manchas de sangre y los dos celulares de las víctimas, pero el resultado dio negativo.
"El allanamiento fue impulsado por Carlos Dieguez, representante legal de la familia de Josué, porque ahí supuestamente había una iglesia evangélica", indicó Osorio.
En este sentido, el letrado sostuvo que "insistirá en la detención de los sospechosos que están identificados y que se los observa salir del descampado de Bosques".
Osorio remarcó que los autores de los crímenes "eran personas que conocían y frecuentaban el lugar": "Tenemos un informe criminológico que nos respalda".
Los hechos
Paloma y Josué desaparecieron el 27 de febrero a la tarde, cuando presuntamente iban al gimnasio, pero nunca llegaron, ya que 48 horas después encontraron sus cuerpos en un descampado de Bosques, a metros de un puente ferroviario.
El informe forense reveló que la adolescente de 16 años falleció a causa de una "lesión cerebral" provocada por una "fractura de cráneo" y un "traumatismo encefalocraneal grave".
El menor de 14 años murió como consecuencia de una "hemorragia cerebral", también con "fractura de cráneo" y “traumatismo encefalocraneal grave".
La causa se encuentra caratulada como homicidio criminis causa (matar para cubrir otro delito).