Pese a que el Gobierno sostiene que la caída de la actividad económica llegó a su tope máximo, los coletazos de la crisis se empiezan a sentir. Qué pasa en el mercado laboral.

La actividad económica esta en plena recesión. El consumo cayó, y por ende, las distintas industrias están operando por debajo de su capacidad instalada. Durante los primeros meses las empresas sostuvieron la planta permanete de trabajadores, pero al no poder repuntar, comenzaron los recortes. Comenzaron a cerrar turnos, suspender empleados, e incluso hay despidos.

Algunos sectores están más afectados que otros, pero en todos hubo y hay ajustes. En tanto, y en correlación directa, el mercado laboral está en modo "wait & see", es decir, las empresas están expectantes a lo que pueda pasar tanto a nivel político como económico en el país y no están dispuestos a sumar puestos de trabajos a no ser que sea necesario.

En este orden, se conoció un informe de la consultora de recursos humanos Ghidini Rodil en el que se reveló que la demanda laboral de perfiles ejecutivos se está desacelerando desde el segundo semestre del 2023, generando así una caída acumulada del 27% en los primeros 5 meses de ese año.

Esta caída se ve aminorada si el corte es desde enero 2024, ya que baja del 27% al 13% -cuatro puntos porcentuales-. Sin embargo, el panorama generalizado es malo. La tendencia es que la demanda siga desacelerándose, alcanzando su piso en junio de 2024.

Esto quiere decir que el mercado laboral está cerrado y no hay mira alguna a crecimiento.

Proyecciones del desempleo

Como consecuencia de esta realidad, y en línea directa, se espera que comiencen a verse los primeros coletazos de este cambio de tendencia, con un incremento en la tasa de desempleo por arriba del 5,7%. Ghidini Rodil estimó que el desempleo en el primer trimestre del 2024 debería empezar a subir, su proyección indica que para fines de este año, el índice de desocupación debería estar entre el 7% y 8%.

"Es válido aclarar que el índice de desempleo que mide en Indec es solo para el trabajo registrado formal, mientras que la mayor caída del empleo se da en el trabajo en negro", se señala en el informe.

Esta información va en el mismo sentido de las proyecciones empresariales y gremiales. Pymes industriales estimaron que en el primer trimestre del año se perdieron 11.000 puestos de trabajo en ese sector y alertaron que la cifra de desempleo podría aumentar dramáticamente hacia fin de año.

Por su parte, las entidades, agrupadas en la Confederación de Sindicatos Industriales (CSIRA) hicieron un relevamiento del que se desprende, que "3 de cada 4 compañías (73,9%) debió despedir a parte de sus plantillas de personal, entre otras políticas de recorte laboral". Además, de ese total, la mitad de las compañías cesanteó menos del 5% de sus plantillas, en tanto que el 18% recortó entre un 5% y un 15% de su personal, y el 5% de ellas decidió prescindir de más de un 15% de sus empleados.