El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) demora el tratamiento del caso argentino en la octava revisión del programa de facilidades extendidas.
Entre las cuestiones que llevan al Gobierno argentino a pensar en el déficit fiscal como una zanahoria de oro se encuentra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la octava revisión del programa de facilidades extendidas. Pero aunque por primera vez el país cumplió con las metas trimestrales, el Directorio del organismo multinacional aún no puso fecha para la validación oficial.
Hace 15 días que el personal especializado del FMI llegó a un acuerdo con funcionarios del Gobierno argentino por la octava revisión del programa de facilidades extendidas, pero la validación del Directorio (que es el paso formal y definitivo que permitiría el giro de U$S 800 millones) no figura en la agenda pública de lo que resta de mayo, ni de la primera semana de junio.
En vez aparecen las validaciones a las revisiones a los programas de Somalía, Luxemburgo y Kosovo en mayo, y en junio se seguirán tratando cuestiones relativas a los acuerdos con el FMI que mantienen Seychelles, Bulgaria, España y Sudán del Sur.
La vocera del FMI, Julie Kozack, ya había anticipado en una conferencia de prensa que en mayo "fue la primera revisión de este programa en la que todas las metas cuantitativas fueron cumplidas" y que el organismo financiero desembolsaría U$S 800 millones, pero no habló de fechas para la validación del Directorio.
El ajuste del Gobierno complació al staff del FMI que revisó el superávit fiscal y financiero, y tomó nota de las cifras de inflación del primer cuatrimestre de 2024. Con esos datos se modificaron "los objetivos y la condicionalidad del programa", explicaron desde el FMI y el Gobierno en un comunicado conjunto, "para reflejar los mejores desarrollos recientes y el nuevo panorama económico".
Esas nuevas metas se publicarían una vez obtenida la validación del Directorio.