Uno de los que mejor interpreta a Massa dejó en claro que desde el Frente Renovador están pensando en ir solos en las próximas elecciones. Independencia de Kicillof y la tensión con CFK, en la mira.
Apenas se conoció el WhatsApp de Rubén Eslaiman, en el que pedía que toda la oposición peronista kirchnerista se uniera en un frente electoral para combatir las políticas de ajuste y recesión de Javier Milei, y en el que también alertaba que si había dos listas habría tres en el mismo espacio, el legislador provincial confirmó que Sergio Massa dio la orden de empezar a construir al Frente Renovador sin alianzas, "como lo dejó en claro en la marcha por los fondos de las universidades".
"¿Sabés que por primera vez lo vi agotado, como si ya no esperara nada?", confesó otro dirigente de peso en el círculo más próximo del excandidato presidencial, que aún espera algún tipo de reconocimiento por lo que hizo en favor de la mayoría de sus compañeros de la provincia de Buenos Aires, a quienes llenó de recursos para que pudieran competir en una elección que terminó siendo menos mala de la que muchos suponían.
Algunas opiniones públicas de referentes como "Wado" De Pedro y menciones que produjeron inquietud como en el acto de Máximo Kirchner en Atenas, cuando hizo referencia a quiénes apoyaron el acuerdo con el FMI y quiénes no, fueron observadas como parte de un pedido de explicaciones que nunca le realizan. Ni siquiera Cristina Fernández de Kirchner, con quien se juntó en varias oportunidades pero, como siempre, todo termina en un par de comentarios al pasar sin definiciones precisas.
El mensaje que difundió Eslaiman a través de la red social X fue la respuesta del Frente Renovador a la feroz interna que La Cámpora disparó contra Axel Kicillof y fue una reacción a las declaraciones que brindara Jorge Ferraresi con algunos periodistas el miércoles último en el que alertó que Cristina Fernández de Kirchner proponía mantener una "dinastía" en la que la unidad es lo mismo que el sometimiento.
La posibilidad de que haya tres ofertas electorales del antiguo Unión por la Patria no es algo que aterre. Es más, muchos especulan que, ubicando a todos de manera inteligente en las diferentes listas, como hicieron la última vez con La Libertad Avanza, anteriormente con Francisco De Narváez o el propio Frente Renovador, todos ganan.
Hace varios meses Axel Kicillof dejó en claro ante su grupo más íntimo que no será el responsable de un nuevo fracaso y que no aceptará que se repita la dinámica que tuvo la anterior gestión del Frente de Todos donde Alberto Fernández era sometido permanentemente por su vicepresidenta. Seguramente, tampoco querrá que lo impongan como candidato a través de un mensaje en la red social.
Hace una semana, cuando Máximo Kirchner delegó a De Pedro la búsqueda de adhesiones al diminuto operativo clamor para que su madre fuera la presidenta del PJ, uno de sus interlocutores lo cortó en seco: "Basta de mensajes por Twitter. Que se reúna y nos explique por qué quiere ser".
El exministro del Interior es uno de los operadores cuando el hijo de los dos presidentes no puede hablar de manera directa por la desconfianza que provoca. Ese costo, indudablemente, ahora también lo paga "Wadito", que empezó a generar desconfianzas entre quienes solían considerarlo "el mejor de La Cámpora".
Si bien no fue el jefe comunal con el que habló, sí se acercaron al Instituto Patria Andrés Watson y Julio Pereyra, de Florencio Varela. El día anterior, el intendente había estado con Ricardo Quintela y Ferraresi en un encuentro en Avellaneda del que también participó Juan José Mussi. Pereyra, Mussi y Alberto Descalzo eran un triunvirato que hacían de componedores pero hoy ya también parecen cansados y hartos, al igual que sucedería no solo con Sergio Massa.
La utilización de la lapicera, que hizo famosa Cristina en sus reclamos a Alberto, y que Ariel Sujarchuk dice que ya no tiene más tinta, es la que la mayoría de los jefes comunales no quiere delegar ya que, cada vez que se firman las nóminas finales, que en la gran mayoría recaen en personas de extrema confianza de La Cámpora.
"El colmo fue cuando quisieron correrlo a Axel de la Provincia y querían hacerlo candidato presidencial. Imaginémonos adónde estaríamos todos si en su lugar estaba Martín (Insaurralde), como lo quería Máximo", confesó otro jefe comunal que después recordó, con algunos testigos presentes, "cómo querían meterlo como candidato a vice de Axel y lo que él tuvo que resistir".
Sin embargo, la foto que esta semana mantuvieron Julio Zamora y Juan Zabaleta con Lisandro Catalán prendió todas las alertas. La distancia de todos con el gobierno de Javier Milei es enorme y nadie quiere estar cerca.