Aseguró que avalar la ley de financiamiento provocaría un aumento del riesgo país, un salto en el tipo de cambio y el aumento de la pobreza y la indigencia.
En un día clave para el futuro de la Ley de Financiamiento Universitario, el presidente Javier Milei volvió a defender su veto y advirtió por las consecuencias de la decisión para la economía Argentina.
“Lo que implica el aumento a las universidades es ceder a la forma vieja de la política, implicaría volver a las andadas y volver a los niveles de riesgo país del kirchnerismo. Estaríamos perdiendo un tercio del PBI”, dijo en el marco de la XXXV Asamblea Plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), que se celebra en Paraguay.
Agregó que esa perdida en el PBI llevaría a “un salto del tipo de cambio real que exacerba el aumento de pobres e indigentes por la suba del tipo de cambio real”.
“¿De qué estamos hablando? Eso es si el reclamo fuera genuino, si en el medio consideramos que es un mero eufemismo para defender a cuatro delincuentes que usan una causa noble para ganar dinero a costa de robárselo a alumnos, profesores, edificios y demás. Me parece que no hay mucho más que discutir”, dijo.
“Hemos venido a hacer las cosas que están bien, independientemente de lo que diga la opinión pública. Vinimos a terminar con los curros. Si estuvieran limpios, ¿cuál sería el problema de que los auditen? Hace casi diez años que no hace una auditoría. Lo único que estamos pidiendo es auditarlos. Es valorizar la educación pública”, sumó.
Por último, insistió con el reclamo de las auditorias. “Si estuvieran limpios, el principio de relevación diría que podrían mostrar los números y no lo quieren hacer. Volver a las andadas no es gratis, es por lo menos perder un tercio del PBI”.
La visión presidencial sobre el riesgo que supone esa ley no se condice con el costo que proyectan los organismos técnicos. Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), organismo que asiste a los legisladores en los cálculos de impacto de los proyectos de ley, el costo de la actualización del presupuesto universitario por inflación es de $738.595 millones en lo que resta del 2024, equivalente a 0,14 puntos del PBI. En las universidades señalan que la magnitud de ese gasto es igual a un mes de superávit financiero, un tercio de lo que costaba la reforma jubilatoria que vetó Milei o una tercera parte de lo que el Estado dejará de recaudar por la reforma que benefició a quienes pagaban Bienes Personales.