Es el nivel más bajo desde enero 2023 y estiman que continuará la tendencia. Alerta en la zona de puertos del sur de Santa Fe por las dificultades para el sector exportador y el costo económico.

El río Paraná en Santa Fe está atravesando la bajante más importante desde enero del 2023 y las estimaciones lejos de mejorar, indican que continuará descendiendo. Las perspectivas respecto a las lluvias no son favorables y un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) alertó por el fuerte impacto en el sector exportador. 

Según las mediciones que realiza la Prefectura en el Puerto de Santa Fe, desde mayo, el río Paraná perdió casi tres metros de altura y este martes llegó los 0,62 metros. Se trata del punto más bajo desde enero de 2023 y la proyección del Instituto Nacional del Agua (INA) es que continúe igual o incluso pueda bajar todavía un poco más. 

En Rosario, por su parte, después de tocar un pico por encima de los tres metros en mayo, comenzó una marcada baja en el nivel del Paraná que hoy se ubica apenas superando el medio metro. En relación a septiembre del 2023 el río aparece un 74% abajo. 

Los niveles de caudal del río se hacen esenciales para la Hidrovía Paraguay-Paraná y su logística, eminentemente agroindustrial. En este sentido, un menguante caudal de agua redunda en mayores costos de operación, especialmente para quienes lleven adelante actividades de exportación. Días atrás MDZ dio cuenta de los problemas que registró un buque de bandera de Croacia que quedó varado a la altura de San Nicolás, producto de la bajante. 

Desde el Instituto Nacional del Agua, el ingeniero Juan Borus aseguró que la situación es similar a la que se vivió en 2020-2021, cuando la bajante apareció de forma abrupta e impuso condiciones críticas para la navegación fluvial en todo el arco portuario. 

Las perspectivas hasta fines de noviembre no son favorables y se espera un déficit de lluvias para los próximos meses. "Es muy significativa la bajante y va a continuar así, el pronóstico no indica una recuperación clara", pronosticó Borus y agregó que hoy el alto Paraná aporta la mitad del caudal de lo normal y la previsión es muy incierta. 

A partir de esta situación y la que, irremediablemente parecería que continuará durante los próximos meses, se incrementó la preocupación en la zona portuaria del Gran Rosario. Por el bajo caudal de agua, algunos barcos deberían verse obligados a disminuir la carga que transportan, plantea el informe de la Bolsa. 

"Los costos por un menor nivel de agua en el Paraná pueden incluir la necesidad de ajustar el volumen de carga en determinados tipos de buques en el Gran Rosario tanto para el ingreso como para el egreso de mercadería; costos superiores frente la necesidad de efectuar completamiento de carga en otros puertos; pérdidas que sufre el complejo agroindustrial local por menores precios de exportación", indicaron. 

"Si bien los niveles de carga promedio aún se encuentran lejos de volúmenes por debajo de los 32.000 toneladas por buque como supimos observar en 2021 y 2022, las expectativas no son alentadoras", advirtieron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

Las estimaciones que realizan en el Instituto Nacional del Agua indican que hasta fines de noviembre el escenario se mantendrá de la misma forma y con escasas precipitaciones. 

"Para que la situación mejore hay que esperar excedentes de lluvias, y eso se da solamente cuando los suelos tienen una condición de humedad medianamente normal. No se resuelve con una gran tormenta que cae de golpe", completó Juan Borus.