Junto al gobernador de la provincia y la intendenta de Santa María, participaron en la visita diferentes profesionales pertenecientes al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL). – Diario de Catamarca
El gobernador Raúl Jalil junto a la intendenta Érica Inga y el ministro de Infraestructura y Obras Civiles, Juan Marchetti, visitaron el sitio arqueológico Rincón Chico, ubicado en el departamento de Santa María, con el objeto de evaluar una línea de trabajo que tenga como fin avanzar en una puesta en valor este espacio cultural/ancestral.
Sobre el espacio arqueológico ya se han realizado diferentes estudios tendientes a la conservación del lugar, puesto que es donde vivieron las primeras poblaciones que dieron vida a Santa María. En este diagnóstico participaron diferentes profesionales pertenecientes al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).
Durante la recorrida con el mandatario provincial, la directora de Turismo de Santa María, Olga Valderrama, explicó que la visita del Gobernador obedece a la idea de llevar adelante un proyecto tendiente a poner en valor este espacio arqueológico en particular. "Se trata de un viejo anhelo que posee la comunidad santamariana, dando su impacto en materia de turismo que posee", explicó la funcionaria municipal al tiempo que aseguró que "se trata de un lugar que ya posee su plan de manejo y conservación, pero requiere de otras acciones, que permitan fortalecer el trabajo que allí se realiza".
La recorrida permitió a las autoridades provinciales conocer en terreno las posibilidades de desarrollo en materia cultural y turística que posee a los efectos de comenzar a estructurar y diseñar un plan de trabajo y obras de infraestructura que permitan el desarrollo en pleno de las bondades que presenta este sitio en particular.
La localidad arqueológica de Rincón Chico se encuentra ubicada sobre la margen izquierda del Río Santa María, a aproximadamente cinco kilómetros hacia el oeste de la actual ciudad de Santa María y abarca un área aproximada de quinientas hectáreas. Las investigaciones efectuadas allí y que continúan hasta el presente, han abordado diferentes aspectos del modo de vida y las transformaciones históricas de las sociedades aborígenes de Yocavil en los momentos tardíos. La atención ha estado centrada en la organización del espacio de asentamiento, en las formas de producción de distintos tipos de bienes y en las expresiones materiales de diversas formas de simbolismo en el paisaje, en la arquitectura y en los bienes producidos. Sobre la base de esos estudios se ha intentado calibrar, desde la arqueología, los procesos de cambio generados en el seno de las sociedades de Yocavil y las situaciones que se derivaron de la ocupación, en primer lugar, incaica y luego hispánica en la región.