Historia de la Virgen del Valle
La Virgen del Valle de Catamarca, patrona nacional del Turismo, fue hallada entre los años 1618 y 1620 en una gruta del Pueblo de Choya, en el norte del Departamento Capital.
El pueblo de Choya estaba situado a un kilómetro del actual del mismo nombre. El lugar sería centro de concentración de indígenas cristianos y de españoles para recibir los sacramentos. La población de Choya estaba formada por españoles encomenderos, otros que no eran, e indígenas en su gran mayoría cristianos. Se ocupaban por lo general de tareas de labranzas y pastoreo y los trabajos estaban repartidos, puesto que los varones estaban a cargo del cultivo de la tierra, mientras las mujeres y niños cuidaban de las majadas de ovejas y cabras.
Un aborigen del encomendero Manuel de Salazar descubrió el sendero que recorrían periódicamente mujeres nativas que, tras subir la quebrada, llegaba a un nicho de piedra a unos 7 metros de altura. Allí encontró la imagen de la Virgen María, pequeña de rostro moreno y las manos juntas. Cuando Manuel de Salazar toma conocimiento del hallazgo, la traslada a su casa, en San Isidro, Valle Viejo, donde se dedicó íntegramente hasta su muerte —1638— al cuidado, culto y veneración de la Madre del Valle en su imagen bendita. En 1657, la Madre del Valle fue jurada patrona bajo la prerrogativa y la advocación de la ‘Pura y Limpia Concepción’. En 1688, se resuelve jurar de nuevo a Nuestra Señora del Valle, no solo en el orden parroquial, sino en toda la provincia de Catamarca.
La gruta en que fuera encontrada la imagen por el indio de Don Manuel de Salazar, se encuentra en las primeras estribaciones del Ambato. A unos 7 kilómetros hacia el norte de la ciudad Capital de la Provincia. Se sabe que unos 100 años después que la sagrada imagen fuese hallada, los moradores de Choya y sus alrededores denominaban aquella nueva cueva con el nombre de: ‘Casa de la Virgen’; y allí se daban cita los niños del vecindario para sus juegos. Por el año 1730, parecía una verdadera cueva, pero unos 30 años después se habían derrumbado algunas piedras del frente. Así lo dice Don Juan Antonio de la Vega, primer testigo declarante sobre la existencia de los prodigios de la Virgen del Valle. Sin duda, los frecuentes movimientos sísmicos y las fuertes tormentas de agua y viento, siguieron desmejorando el lugar.
Es así como ya en el año 1888, no eran pocos los que dudaban acerca del sitio preciso donde estaría la antes, ‘Casa de la Virgen’. Actualmente el venerado lugar donde nos consta que se encontró la Sagrada Imagen, está protegido por un templete al que se llega a través de una escalinata de piedra”, precisó el libro de ‘Historia Popular de la Virgen del Valle’ del presbítero Alberto Miranda. En 1891, el Papa León XIII coronó a la Virgen del Valle como Reina y Madre de los catamarqueños. Los primeros y modestos santuarios de la imagen estuvieron en San Isidro, hasta su traslado en procesión a la Iglesia Parroquial de la ciudad en 1965 por gestión de Bartolomé de Castro. Este templo se localizó donde hoy se emplaza la Catedral Basílica, cuyo camarín abriga a la Sagrada Imagen. En poco tiempo, la imagen de la Virgen del Valle atrajo un gran amor y veneración de los vecinos del Valle y de aquellos que vivían en otras ciudades.