La reconocida poeta argentina, de visita por tierras catamarqueñas, pasó por los estudios de Multimedios La Isla, y mantuvo una charla enriquecedora donde reflexionó sobre la escritura, identidad, la lectura digital y los desafíos en tiempo digitales. –eldiariodecatamarca.com
La reconocida poeta, traductora y editora Mercedes Roffé, quien se encuentra de visita por Catamarca, pasó por los estudios de Multimedios La Isla, de FM La Isla (107.9 MHZ) donde mantuvo una extensa charla con el periodista José Alsina Alcobert, transmitida en streaming por los canales de La Isla FM en Youtube y Twitch . Desde su experiencia de vida en Nueva York hasta sus reflexiones sobre el estado actual de la lectura, el lenguaje y la cultura, Roffé ofreció un diálogo lúcido, íntimo y profundamente comprometido con su tiempo.
Roffé nació en Buenos Aires en 1954, pero desde 1995 reside en Manhattan, donde fundó en 1998 el sello independiente Ediciones Pen Press, dedicado a publicar plaquettes y pliegos de poesía contemporánea. A lo largo de su carrera ha sido invitada a compartir sus obras en países como España, Colombia, México, Bélgica, Inglaterra, Rumania y Estados Unidos, entre otros.
“Vivo desde hace muchos años en Estados Unidos. Cuando llegué a la Universidad de Maryland, era un descampado total. Me costó adaptarme. Después viví en otro suburbio, pero estaba a dos horas de Nueva York, donde tenía un grupo de amigos de otros departamentos de lengua”, contó la escritora, recordando sus primeros pasos académicos en el país norteamericano.
Sobre la vida en Estados Unidos, reflexionó, “El norteamericano tiene otra cultura, otra manera de relacionarse, de armar las cosas, de vincularse con las personas. A diferencia de nosotros, los argentinos, donde las relaciones son más cercanas, el ritmo es otro, la cordialidad es diferente. Aún más se nota estas diferencias, en el interior del país”.
El presente de la lectura y el lenguaje
La poeta también se refirió a las transformaciones en los hábitos de lectura, “Se consume mucho digital, bastante en PDF, en libros electrónicos. Eso es muy común en Estados Unidos, pero creo que en Argentina también está relacionado con el descenso del consumo de libros en papel. Sin embargo, noté un auge en la producción de libros físicos, cada vez más bellos, como si ocuparan otro lugar, se comercializan de otra forma”.
En lo personal, Roffé confesó que lee mucho en digital, especialmente cuando busca textos en español, aunque no deja de observar con ojo crítico la evolución del periodismo contemporáneo, “A mí me cuesta mucho leer notas de medios americanos, porque realmente cansan, por los extensas que son. Parece que les pagan por palabra. Ahora recibo un periódico digital de Australia que tiene un nivel espléndido, de muy buena calidad. Creo que una buena dirección editorial debería dividir las notas por secciones o entradas distintas con títulos diferentes”, reflexionó.
También mostró su preocupación por el uso del lenguaje en los medios, “Lamento mucho la pérdida del imperfecto del subjuntivo. Todo el mundo dice ‘me pidió que vaya’ cuando en realidad es ‘me pidió que fuera’. Incluso el periodismo ha contribuido a eso. Y ahora noto otra anomalía: el uso erróneo del objeto directo, como cuando dicen ‘abrazar al hospital’. Me extraña encontrar ese tipo de errores en gente que estudió para reconocer estas equivocaciones” se sorprende
Poesía, origen y conflicto
Consultada por A. A. sobre obras emblemáticas de la literatura argentina, fue categórica, “El Martín Fierro no lo escogería para leer. Es una obra muy viril, muy violenta. Me causa conflicto, como también me lo causa El Cid Campeador. Hay estafas, violaciones... como origen nacional, no lo apruebo. Son relatos de violencia y nacionalismo machista que me incomodan profundamente”.
Durante la entrevista también recordó un momento clave en su trayectoria: la escritura de sus Definiciones mayas, una obra poética sobre el uso y los juegos lingüísticos, “Tomé la idea de un lingüista estadounidense que fue a Yucatán y advertía que el idioma maya iba a desaparecer. Por suerte hubo un fuerte trabajo gubernamental para revitalizar las lenguas indígenas. Entonces me pregunté: ¿qué pasaría si el español estuviera en peligro? Y así surgieron mis cuatro definiciones”.
Tiempo, interrupciones y poesía congelada
En un tramo también habló de sus hábitos de escritura, “La televisión y las plataformas digitales han interrumpido mucho el ejercicio diario del lenguaje. Incluso la lectura. Yo dejé de escribir en bares o cafés. Donde leo muy bien es en los aviones, donde no hay interrupciones”. Entre esos momentos de tránsito, reveló el origen de uno de sus poemas, “Uno de los poemas que salió bastante bien lo escribí viajando en tren, cuando enseñaba cerca del río Hudson. En invierno, con 16 nevadas, el río estaba congelado. De ahí salió ‘Ni el río fluye’. Sentía que mi vida estaba bien trabajaba en una universidad de lujo, tenía buenos amigos, pero también sentía que, de alguna manera, estaba congelada. Ese poema me ayudó a replantearme todo”, concluyó.