Los controles periódicos y la prevención reducen el riesgo de 9 de cada 10 ACV que se registran en el mundo.

El Día Mundial del ACV se conmemora cada 29 de octubre con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de la prevención y el tratamiento temprano para evitar secuelas graves y salvar vidas. Según la Federación Argentina de Cardiología (FAC), el 90% de los accidentes cerebrovasculares (ACV) pueden prevenirse mediante el control de factores de riesgo modificables, como la hipertensión, el tabaquismo y el sedentarismo.

La cardióloga Natalia Cristaldo (MP 6386) advierte que, “realizando intervenciones en los factores de riesgo cardiovasculares modificables, incluyendo el control y manejo adecuados de las cifras de tensión arterial, la realización de actividad física regular, la dieta baja en sodio y evitar o disminuir el consumo de tabaco, son algunas de las medidas que debemos tomar. Esto, según la American Heart Association (AHA) evitaría el 90% de los casos de ACV”.

Cada año, en Argentina se registran aproximadamente 120.000 casos de ACV, causando 40.000 muertes y otras 40.000 personas con nuevas discapacidades, según datos de la Oficina Científica de Asesoramiento Legislativo. La hipertensión, que afecta al 40% de los argentinos, es uno de los principales factores de riesgo. El Dr. Gustavo Cerezo (MN 66559), ex presidente de la FAC, señala que “la toma de presión arterial en consultorio sigue siendo el pilar fundamental para el rastreo, diagnóstico y seguimiento de HTA, destacando su bajo costo y amplia disponibilidad”.

Reconocer los síntomas a tiempo es vital para actuar rápidamente. Entre las señales más comunes están la dificultad para hablar o tragar, debilidad en extremidades, desviación de la boca, confusión, dolor de cabeza intenso y pérdida de conciencia. Ante cualquier signo, es esencial llamar a emergencias para minimizar daños y mejorar el pronóstico del paciente.