Hay miles de delincuentes condenados que no tienen espacios en las cárceles y tampoco guardias de seguridad para controlar los contextos de encierro en ese desarrollado país de Europa.
Países Bajos no tiene suficientes penitenciarios para supervisar a los reclusos en las cárceles, por lo que unos 2.400 presos condenados a prisión no están cumpliendo su pena tras las rejas por falta de disponibilidad de celdas, así que aguardan su turno en una lista de espera gestionada por el Ministerio neerlandés de Justicia.
Decenas de delincuentes se agregan semanalmente a la lista de personas con condena que no tienen celda con guardia para cumplir su pena, lo que tiene preocupado al poder judicial y al Parlamento neerlandés porque la situación está llevando a que las sentencias no se estén ejecutando tal y como fueron impuestas por los magistrados. Las prisiones neerlandesas acogen a unos 9.000 detenidos.
El Parlamento debate este jueves el problema que supone la falta de personas en las prisiones, puesto que esto ya obligó a las autoridades a tomar medidas drásticas, como la liberación temprana de algunos presos con un brazalete electrónico, o la suspensión temporal de prisión a personas condenadas a penas relativamente cortas (unos meses), que ya no recibirán la convocatoria que se les envía para personarse en la cárcel y cumplir el castigo.
La lista de espera de este último grupo crece una media de 75 casos cada semana, según cifras del ministro neerlandés de Protección Jurídica, Franc Weerwind, que propuso a la Cámara la suspensión temporal de la convocatoria a prisión para este grupo, aunque no muchos diputados están de acuerdo. El Consejo para la Judicatura también ha expresado esta semana su protesta y exige que las sentencias impuestas se cumplan.
En principio, esa moción no tendrá apoyo suficiente porque parte de la Cámara, incluidos los liberales del VVD -a los que pertenece el primer ministro en funciones Mark Rutte- enfatizan que el Ministerio tiene pocas opciones más para aliviar la situación, dada la escasez de guardias, aunque sí subrayan que el brazalete electrónico no debería convertirse en un reemplazo a largo plazo de la cárcel.
El partido de los granjeros BBB, que forma parte de las negociaciones en curso para formar el futuro gobierno en Países Bajos, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que los prisioneros permanezcan más tiempo dentro de sus celdas, es decir, que disfruten de menos tiempo al aire libre, lo que daría tiempo a los guardias para supervisar a más prisioneros, y por tanto habría más celdas disponibles.
Sin embargo, esta propuesta no tiene el respaldo de los propios guardias porque predicen que esto tendrá consecuencias para la seguridad del centro penitenciario, puesto que “si los reclusos pasan mucho tiempo dentro de su celda, la tensión aumenta y el personal no tendrá control de la cárcel”, según escribieron al Parlamento.