El entorno familiar de la víctima sostuvo "todo el mundo sabía" de las condiciones en las que vivían la nena y sus cinco hermanos, pero hicieron nada para evitar el asesinato.
El crimen de Aralí Vivas, la nena de 8 años que fue asesinada y quemada en la localidad de Brinkmann, provincia de Córdoba, puso la mira nuevamente en el accionar de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) respecto a la protección de los menores y la falta de seguimiento que se hace en los casos tras graves denuncias.
Por el caso se encuentran detenidos el padrastro Matías Ezequiel Simone, su amigo Cristian Hernán Varela - ambos acusados por homicidio simple - , y la madre de la menor, Rocío Milagros Rauch, imputada por homicidio calificado por el vínculo en calidad de partícipe necesario por su "omisión de cuidado".
Durante los últimos días, varios familiares de Aralí advirtieron sobre las condiciones en las que vivían la nena y sus cinco hermanos y cuestionaron la falta de accionar de la SENAF, por permitir la revinculación Rocío con sus hijos tras haberle sacado la tenencia en dos oportunidades por denuncias de violencia.
Nazarena, tía materna de la nena, contó que, pese a que la SENAF estaba al tanto de las adicciones de Rocío y de que "era un hogar que era peligroso para los niños”, accedieron a la revinculación. “Nunca hicieron un seguimiento a ver si realmente ella estaba bien, si realmente se había recuperado, si los chicos vivían en un lugar sano, si se bañaban, si iban al colegio...”, criticó.
Según Omar Rauch, abuelo materno de Aralí, sostuvo que Rocío "fue sometida a una serie de estudios y pericias de los especialistas antes de que le devuelvan los niños". Al respecto, el fiscal Oscar Grieco confirmó que a principios de julio de 2024 la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) le comunicó al juzgado de familia que Rocío Milagros Rauch y Matías Ezequiel Simeone estaban "aptos" para la revinculación tras someterse a tratamientos por sus adicciones.
Betiana Heredia, prima hermana de Rocío, aseguró que "todo el mundo sabía" de las condiciones en las que vivían la nena y sus cinco hermanos antes de la tragedia: "Era un ambiente donde había maltratos, donde había peleas, donde había discusiones, consumo de droga, consumo de alcohol, fiestas".