Acorralados y sin conducción, los intendentes bonaerenses marcan su propia agenda sin esperar que Kicillof o Kirchner se pongan de acuerdo. Uno sabe que la madre lo banca en todo. El otro, procastina.
“La relación de Axel Kicillof con Máximo Kirchner está toda rota. Pero Axel no va a romper con Cristina Fernández de Kirchner”, puede ser la conclusión a la que llegaron dos intendentes que estuvieron con el gobernador bonaerense durante la semana pasada. También ambos jefes comunales creen que "Cristina será la que conduzca la reorganización del peronismo".
Las observaciones no tienen, además, ninguna animosidad y hasta difieren el lugar desde donde llegan a esa conclusión. Uno es el que más anima el despegue de Kicillof de la figura de la expresidenta de la Nación. El otro mantiene buena sintonía con Máximo Kirchner, aunque más de una vez traza una línea de independencia que solo es salvada por su origen siempre cercano a Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.
El ánimo no es el mejor fuera de la Casa de Gobierno bonaerense. Es como si hubieran agendas paralelas. Por un lado, la del gobernador y su entorno, que a veces son sacudidos desde “afuera” para promover un hecho político. La Patria es el Otro, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi son, en ese sentido, los más activos. Aunque cada uno tiene limitaciones operativas y políticas que terminan dificultando sus propias jugadas.
A quien se lo vio mas preocupado que de costumbre es al ministro de Obras Públicas bonaerense, Katopodis. Acostumbrado a no estar inmiscuido en cuestiones vinculadas con la corrupción o el tráfico de influencias, la denuncia sobre la manipulación de los seguros en el exgobierno de Alberto Fernández y su supuesta participación directa en la llegada de Martínez Sosa a Corredores Viales lo corrió de foco. Inclusive, empezó a tomar consejos de un ex par suyo como intendente y ministro para desarrollar una mejor defensa personal por si llega a complicársele el tema.
No obstante, tuvo su tiempo para tender un puente entre Ariel Sujarchuk y Axel Kicillof luego que el intendente de Escobar hiciera público su enojo y amenazara con romper cualquier vínculo político por la actitud adoptada por el ministro de Seguridad provincial Javier Alonso, quien había dispuesto una serie de traslados que afectaban la política de seguridad del municipio sin haberle consultado al jefe comunal.
Algo está pasando con los intendentes. Dirigentes que hacía mucho no intercambiaban ningún tipo de diálogo empezaron a romper sus propias barreras inhibitorias. El propio Sujarchuk se juntó con Julio Zamora, con quien las relaciones no habían quedado nada bien cuando, previo a las elecciones del año pasado, Sergio Massa le pidió que lo acompañara en un acto en Tigre al cual Zamora no fue invitado. Parece que ambos empiezan a transitar el sendero del peronismo clásico, no kirchnerista. El jefe político de Tigre hace rato que lo viene haciendo más allá de que recuperaron el diálogo con el propio Sergio Massa.
El intendente de Escobar, siempre activo, ya empieza a decir que lo que sirvió hasta el pasado reciente no sirve más. Su foto en Córdoba con el gobernador Martín Llaryora fue más que evidente en su mensaje de "volver a vincularnos con la gente" lejos de los extremos que propone la falta de adhesión del RIGI de Kicillof o el dogmatismo de La Cámpora.
En el Frente Renovador hay, en tanto, un fuerte debate. “El 80% no quiere bancar las reelecciones de los intendentes”, alertó un exfuncionario nacional que hoy trabaja en el municipio que lo vio nacer. Quien talla en esta postura es Malena Galmarini, que no solo es la más intransigente defensora de su marido, sino también de sus ideas preexistente a la posterior unión con el kirchnerismo.
Dicen que Massa no será candidato y dejará pasar la ronda del 2025. Algo así dejó traslucir en los diferentes off que tuvo con periodistas y consultores, cuando describió que “Cristina se queda con las legislativas y regala las presidenciales”.
Que se vuelva a discutir las re re es una clara muestra del conservadurismo que alberga a los intendentes, desbordados por la endeblez de la política demostrada por la llegada de Javier Milei al poder. Esa discusión, hace tres años, había desatado toda una polémica porque el jefe del Frente Renovador no quería saber nada. Eso no se modificó. En la reunión preliminar de la semana pasada, antes que estuvieran presentes todos los intendentes de ese espacio, Malena Galmarini había dejado más que claro que ella militará en contra.
Igualmente, sobre el futuro de las reelecciones para los intendentes, no hay ni grieta ni diferencias entre los que quieren emanciparse del kirchnerismo y los que creen que la solución está en volver a la conducción de Cristina Fernández de Kirchner. Para esto también cuentan con la complicidad de los jefes comunales del PRO, vecinalistas y, fundamentalmente, los radicales.