Una medida del Ministerio de Seguridad para presos de alto riesgo implementada dos semanas atrás desencadenó una huelga de hambre en el penal de Ezeiza que no conmueve a la ministra.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó a principio de año un nuevo modelo carcelario para los perfiles más peligrosos. Esto comenzó a implementarse a principios de julio y generó reacción en personas privadas de la libertad del Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza que iniciaron una huelga de hambre que ya lleva dos semanas. Se trata de internos alojados en el módulo 6 y que, según su abogado, Fabio Galante, "fueron despojados de sus ropas y les entregaron mamelucos y alpargatas".
Entre los detenidos que son representados por Galante están Alionzo Ruth Ruti Ramos Mariños, vinculado a una causa de narcotráfico en el Barrio 31 bis; Mario Segovia, apodado El Rey de la efedrina; e Ignacio Ojito Actis Caporale, un piloto de carreras detenido por presuntamente haber enviado ocho kilos de cocaína a la ciudad española de Salamanca, informó el sitio Info Región. Por todos ellos Galante presentó un habeas corpus ante el Juzgado Federal de turno en Lomas de Zamora, que hasta el momento no tuvo respuesta.
Lejos de conmoverse, Bullrich reaccionó con dureza y dijo que "los que asesinaron, torturaron y dominaron Rosario durante años, ahora piden ‘abrazar a sus seres queridos’. Los narcoterroristas ya no tienen poder ni privilegios. Ni dentro ni fuera del penal”.
Fue a principios de año cuando el ministerio implementó el Sistema Integral de Gestión para Personas Privadas de la Libertad de Alto Riesgo alojados en las cárceles de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson. Con él se busca evitar que los narcotraficantes sigan operando detrás de las rejas, algo que se detectó recientemente en diversos crímenes cometidos en Rosario y alrededores.
Entre las medidas presentadas dentro del sistema están la incorporación de escáner de rayos X, el uso de sensores infrarrojos, de detectores de metales, un monitoreo 24 horas con reconocimiento facial y el control de las llamadas telefónicas. Además, se indica que aquellos presos de “alto riesgo” solo podrán ver a sus familiares a través de un vidrio y estarán encerrados 20 horas por día.
El Protocolo de "Alto Riesgo" se centra en internos con la capacidad fáctica de fugarse, dirigir actividades criminales desde adentro con impacto en la sociedad, intimidar o corromper a funcionarios penitenciarios, entorpecer investigaciones judiciales y coaccionar a otros internos para alcanzar objetivos criminales. "Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes. Los argentinos necesitamos vivir en paz, sin miedo y en libertad." – declaró la ministra durante la presentación en enero de este año.
"Nosotros no vamos a largar asesinos a la calle. Es una decisión y una instrucción concreta que hemos dado para que esta historia criminológica permita a los que tienen condenas cortas poder volver a la sociedad y no volver a cometer un delito", agregó y detalló: "Con este sistema, se va a separar a los presos que no pueden salir de las personas privadas de la libertad que tienen la posibilidad de corregirse en la vida, para que los que han cometido delitos más livianos puedan no reincidir”.